Créeme que me cuesta horrores no imaginar que está más cerca de lo que creo, y no a un par de pares de primaveras...
Qué hago aquí, buscando héroes de leyenda, refugiándome en caricias que no pueden darme ni un poquito de lo que me das tú, aún sin rozarme.
Se me atropeyan las cosas que quiero decirte, y mi voz quiere cantar en tu oído.
Que alguien me prohiba publicar estas líneas suicidas.
Qué hago aquí, buscando héroes de leyenda, refugiándome en caricias que no pueden darme ni un poquito de lo que me das tú, aún sin rozarme.
Se me atropeyan las cosas que quiero decirte, y mi voz quiere cantar en tu oído.
Que alguien me prohiba publicar estas líneas suicidas.
Que esta noche van a llover escenas de conciertos en los que nunca me darás la mano.
Noches en las que no seré tu abrigo.
Luces que no nos golpearán en los dientes cuando estemos cansados de cansarnos de no cansarnos juntos y de no mirar al destino bajo la misma dirección.
Hay razones que solo entienden los poetas.
Hay razones que se quedan en tus pestañas, y por eso no las ves.
Hay razones que una loca como yo conoce bien.
La primera razón es que me encontraste, y ahora, no hay remedio.
No hay vuelta atrás. Finish. The End. Finito. Endus quo, lo que sea.
No me da la gana inventarme un final para esta historia que se nos queda muda entre las páginas.
No me da la gana de no dejar constancia en alguna parte de que, durando tan sólo un instante, el brillo de tus ojos fue mío.Y que seas feliz.
No te voy a contar nuestro cuento, pero prometo hacerte reír.
Quiero que rías doscientas veces al día, (
Quiero que sonrías tanto que los problemas sean ridículos chistes de los que a nadie le gustan, y yo aveces no pillo, y tu te ríes de mi por ello, y mientras lo haces yo te miro, y me pierdo un ratito en un momento perfecto que no es de ella, que es solo mío mío.
Y no compartiré ni siquiera con este folio.
Sólo cinco minutos más.
Solo cinco millones de billones de partículas nerviosas y latidos desbordados tegiéndose a tu son.
Que no es nada.
Que puedo con ello.
No estoy enamorada de tí, no.
Estoy en un puto agujero negro sin salida.
Pero tranquilo, que nunca te enterarás.
No se me ocurriría saltar al vacío de decírtelo siendo esto sinónimo de arrojarme desde el último rascacielos de Manhattan.
Prefiero mirar a la luna y mirarte a ti de reojo, sin que te des cuenta.
Saber que eres feliz.
Estaré aquí todo el tiempo que me dejes.
Muda de corazón y de habla...
Muda de corazón y de habla...
