Empezamos a hablar un poco de los amores de la escuela, y todas esas ñoñerías y al final salió el tema de los amores de instituto.
Después le pregunté
“¿Y a ti quién te gustó?”
Esa pregunta se la hice mil veces. Pero siempre me decía muy encogido en sí mismo “Nadie…” pero se le notaba en la voz que no.
¿Sabes ese tono que se te pone en la voz cuando recuerdas un algo que te duele pero que al mismo tiempo te hace sentir esas putas mariposas en el estomago que no te dejan vivir? ¿Que por mucho que te niegues ese algo está ahí… Y tu voz te lo delata…?
No contesté.
Después le pregunté
“¿Y a ti quién te gustó?”
Esa pregunta se la hice mil veces. Pero siempre me decía muy encogido en sí mismo “Nadie…” pero se le notaba en la voz que no.
¿Sabes ese tono que se te pone en la voz cuando recuerdas un algo que te duele pero que al mismo tiempo te hace sentir esas putas mariposas en el estomago que no te dejan vivir? ¿Que por mucho que te niegues ese algo está ahí… Y tu voz te lo delata…?
No contesté.