juega conmigo

Como cuando vas por la calle, y te imaginas vidas. Gente tan distintas y tan parecidas a la vez. Piensas si serán felices, o como serán sus días de rutina. Sí, un rollo como los de todo el mundo-.
Pero es que hay gente, como esa mujer, que me saluda siempre con una sonrisa grande, que yo...pues no sé quien es. A lo mejor conoce a mi madre, o conocía a mi padre. Sabrá como me llamo...Pero es que el otro día me encontré a un hombre que me dijo que me había reconocido por mi sonrisa.
Dijo que la última vez que me vió medía apenas un metro y que siempre pedía un huevo kinder, y me enfadaba si me salía un puzzle, pero que sonreía de la misma forma. Así, bonita y feliz. Se lo conté a mi madre, y me dijo que en el fondo, sigo igual, aunque ya no mida un metro...cuando me enfado cierro los puños fuerte fuerte y que si sonrío de verdad enseño los dientes de abajo.
Y cuando rio mucho mucho, el ojo derecho se me cierra más.... pero eso ya no me gusta tanto.

...a lo mejor...

 Tal vez sea más feliz sin ti. -Aunque sé que no-. Tal vez nuestra estrella deje de brillar algún día. No lo sé. Lo que si sé, es que ahora la almohada es más incómoda que de costumbre. Que por las noches las sábanas me susurran tu nombre y cuando cierro los ojos sólo veo tu sonrisa.Ahora espero que cuando me veas descoloque un poco tu presente. Espero que recuerdes que fui tu primer amor.
Hoy guardo tus besos en una caja. Son para el día que los eche de menos. Guardo nuestras fotos, tus cartas, tus dibujos. Guardo tus abrazos, guardo tu olor, nuestras noches y nuestros momentos eternos. Entonces cuando lo necesite abriré la caja y acariciaré los recuerdos. Recuerdos que huelen a tí en invierno, recuerdos que huelen a canción, recuerdos de un cuaderno con tu foto que hoy se cierra para siempre.
Y me acordaré cuando soltaste mi mano y tu alma se fue para dejarme ahí, donde un alma sola no era fuerte para sujetar el cielo. El cielo se cayó. Y nuestro amor también. Nuestro amor se rompió y fue a parar al olvido. Allí conoció a mi esperanza que murió un día que se escurrió de mis manos. Así hoy mi amor se despide de ti, porque sé que nunca volverás a mover mi corazón con tu nariz.

 


Recuerdas esa noria, esas atracciones en las que sonreimos, los coches de choque, las preguntas, las respuestas, cuando nos conocíamos. Olvidaste el dia 14, y con el día te olvidaste también de mi

Posdata: Te          A       M       O                       ♥                      ♥                   ♥

¿O no?

y lo han vuelto a hacer

Su pie descalzo brillaba bajo la luna entre los charcos luminosos de la calle. El frío se clavaba en su frágil cuerpo de princesa de azúcar, y las lágrimas empañaban sus ojos de trocitos de cielo.
Sus labios carnosos morían silenciosos en esa comisura que tantos hombres habían anhelado. Y su cabello dorado caía derramándose sobre sus hombros pequeños e inciertos, mientras las estrellas le regalaban sonrisas de compasión.
- ¿Qué te pasa princesa? -preguntó una voz a su espalda como el resplandor de una farola al encenderse.
- Que me han vuelto a romper el corazón.
Y en la lejanía, el eco de las campanas volvió a anunciar las doce . . .

 

días al azar....con tu pupila en mi pupila

- ¿Y cuál es tu tipo de chico? -Lo preguntó de forma inocente, como intentando quitarle importancia, pero ambos sabíamos que era una pregunta crucial pues la respuesta sería la definitiva, la que trazaría la raya divisoria.
Le sonreí con desgana, y desvié la vista hacia el bosque meditando. Un manto blanco cubría tenuemente los manzanos y los abetos.
- Para empezar... -volví a concentrar la mirada en él.- tiene que ser muy bueno besando. Para mí el primer beso es la pieza fundamental en el amor.
Asintió pacientemente con la cabeza intentando disimular la ansiedad que corría por sus ojos.
- También ha de ser inteligente, me gustan las personas con las que puedo conversar sin miedo a que se duerman. -Esta vez dejó escapar una sonrisa, no había otra persona en el mundo que me escuchara con mayor interés que él. Y viceversa sucedía lo mismo.
Esperé unos minutos, disfrutando del gélido viento crepuscular. Él se removió inquieto en el banco.
- El físico no es muy importante, aunque puestos a desear, no estaría mal que el tío estuviese muy bueno. -Le sonreí abiertamente, disfrutando de su agradable visión de dios griego.
- Ya, en fin, yo me refería a nivel... aspecto. -dijo sin tapujos, se estaba cansando de mis juegos absurdos de niña temeraria.
- Pues, es difícil, si es rubio me gustaría que sus cabellos fuesen brillantes, como los de los príncipes azules y que sus ojos fuesen dos zafiros hermosos que atrapasen a la luna. -Aquello le dolió, el no tenía en absoluto nada de rubio. Pero me estaba divirtiendo a su costa, así que continué.- Si es pelirrojo, me encantaría que fuese alto y garboso, y que sus ojos fuesen del color de la hierba madrugadora, bañados por un rocío misterioso y cáli...
- Oye, ¿sabes qué? -estalló.- No me importa, no sé por que te he preguntado. Olvídalo.
Agachó la cabeza, y concentró toda su atención en un olvidado hormiguero. Una enorme ternura invadió mi corazón, no quería verle sufrir.
- Pero mis preferidos, son los hombres -remarqué la palabra con todo mi énfasis.- con rizos castaños, pecas pincelando su nariz y unos irresistibles ojos castaños en los que perderme mientras le beso.
Esperé deseosa su respuesta. Levantó su rizada cabeza, me miró a través de sus ojos plateados, y sonrió. Jamás olvidaré aquella sonrisa, tan llena de alegría, tan hermosa.

~Me enamoré.
 

Que estoy mas feliz sin tí

Si juntara todas tus mentiras nunca terminaria

¿Cuantas veces me has dicho te quiero sintiendolo?
Ninguna. Seamos realistas.
¿Me has valorado?
No. Me has tratado como a una idiota.
¿Has jugado conmigo?
Desde luego. Todos los dias.
¿Me quieres?
No. Nunca lo haras.
¿Me puedo ir?
Si. Seguro.
¿Te importa?
No. Para nada. Mejor.

. . .

una triste cenicienta sin su zapato de cristal . . .

más de mis pensamientos,un secreto más de Cenicienta.

- ¿Conoces esa sensación de estúpida felicidad, cuando te sientes como una burbuja liviana, caminas sobre el aire, y las sonrisas parecen las expresiones cotidianas de tu rostro?asintió con la cabeza.
- ¿Te refieres al amor?
- Exacto. ¿No te parece algo irracional e ilógico? ¿Por qué tiene existir una palabra para describir lo que hay entre nosotros? -Apartó la mano y se acuclilló en el extremo izquierdo de la cama.- Eso sólo le da más verosimilitud, lo reafirma como realidad, como algo que se produce en un periodo más o menos estable de tiempo. Y lo nuestro no es así, no llegó a empezar y se acabó enseguida. Y si debemos darle un nombre, mejor sería promesa incumplida, ¿no crees?
Fijó sus claros ojos en él, culpándole de todo su sufrimiento.

. . .