Odio los domingos y más si vienen acompañados de lluvia y de recuerdos.
Aquella tarde cambié de ruta y caminé entre árboles,pisoteando cada una de las hojas que caian de ellos.Rojas,pardas e incluso amarillas.
Estaba precioso el lugar en pleno otoño y aún más cuando en un par de minutos paró de llover.
Me quedaría ahí todo el día sentada entre hojas,eso sí,secas y con un buen sol que espantara a todas las nubes grises que pretendieran quedarse.
Esa tarde era una de esas veces que te da por pensar,por pensar en tu vida.
Y esque dentro de unos días será mi cumpleaños y no para de repetirseme un número dieciocho en la cabeza.
En realidad me preocupa,porque mi vida avanza y avanza pero parece que yo voy por detrás de ella.Parece que todo va demasiado rápido.Me atemoriza pensar en el futuro,en si llegaré a ser feliz o simplemente una melancólica chica que divaga por las calles como alma en pena,sin rumbo,sin hogar,sin amor...
Y no sé si la mitad de mis sueños se acabarán cumpliendo,pero sino... ¿Para qué sirve soñar?
Tengo mil y una dudas que solo me las puede responder el tiempo y para eso tengo que esperar.Tampoco sé si ese estúpido dicho de "lo bueno hace esperar" es cierto...

Intento cerrar los ojos con fuerza para parar pero es incontrolable,me come por dentro.
A veces adoro encerrarme en mi habitación,aislada del mundo y con mi música que es lo único que me hace desconectar de todo.
Y luego por supuesto los recuerdos inborrables que te han perseguido toda tu vida,esos que te trituran por dentro pero que esperas a que un GRAN día desaparezcan por completo.
En unos años habré dejado esta ciudad llena de recuerdos amargos y comenzaré de cero,comenzaré a vivir,comenzaré mi VIDA.
Y de lo único que me doy cuenta es de que echaré en falta a mi familia,amigos,momentos buenos pero todo lo demás se puede quedar aquí.