La cogió del brazo y ella hizo un gesto de dolor.
-¿Estás bien? - le preguntó, sorprendido.
Ella intentó zafarse del agarrón pero él la retuvo y le subió la manga del jersey. Pequeños cortes poco profundos le recorrían el antebrazo hasta llegar al codo. Ella los miró fijamente, sin tratar ya de soltarse.
-Qué es esto - preguntó él, tenso.
-Nada.
-Cómo que nada. Qué coño es esto.
-No es nada. Me caí y punto. ¿Me sueltas ya? - dijo, en voz baja.
-¿Que te caíste? ¿Pero tú te crees que yo soy gilipollas?
-Estás sacando las cosas de quicio. No es nada.
-Que no es nada. Tienes todo el puto brazo lleno de cortes y no es nada. ¿En qué cojones estás pensando? - le espetó él, sin soltarla.
-No lo sé, vale, ¡no lo sé! No sé en qué estaba pensando, no sé...
Él apretó los dientes y la atrajo hacia su cuerpo.
-Ven aquí. Ven. No vuelvas a hacer esto nunca más. Por favor. Nunca más.
-¿Estás bien? - le preguntó, sorprendido.
Ella intentó zafarse del agarrón pero él la retuvo y le subió la manga del jersey. Pequeños cortes poco profundos le recorrían el antebrazo hasta llegar al codo. Ella los miró fijamente, sin tratar ya de soltarse.
-Qué es esto - preguntó él, tenso.
-Nada.
-Cómo que nada. Qué coño es esto.
-No es nada. Me caí y punto. ¿Me sueltas ya? - dijo, en voz baja.
-¿Que te caíste? ¿Pero tú te crees que yo soy gilipollas?
-Estás sacando las cosas de quicio. No es nada.
-Que no es nada. Tienes todo el puto brazo lleno de cortes y no es nada. ¿En qué cojones estás pensando? - le espetó él, sin soltarla.
-No lo sé, vale, ¡no lo sé! No sé en qué estaba pensando, no sé...
Él apretó los dientes y la atrajo hacia su cuerpo.
-Ven aquí. Ven. No vuelvas a hacer esto nunca más. Por favor. Nunca más.