Huele a Navidad,se percibe el frio en las calles,las luces de colores,sonrisas navideñas,se respira felicidad en la calle,nieve,mucha nieve pero aún no hay la suficiente como para que todo esto me guste,pero algo más me falta.
El frio helador me llamó la atención,aquellos copos blancos que caian y que dejan roja la nariz era una señal de que habia llegado el invierno.
Y ahí estaban como dos estatuas de hielo en medio de la calle,con la mirada congelada,fijada la una de la otra mientras les nevaba encima.
Sentí como algo dentro de mí se encogia,me recordó a ti y a mí.A aquellos besos frios bajo la nieve y rozando nariz con nariz,como si ellas también se quisieran tanto como nosotros nos queriamos.
Los inviernos son más frios cuando no tienes nada caliente a lo que abrazarte.
El frio cada vez se mete mas dentro de mí pero ya no me duele tanto como al principio,se me olvida al tener la mente en blanco pero en realidad es como si me clavasen miles de agujas por todo el cuerpo.
Ni siquiera un chocolate calentito me da calor y mi corazón sigue invernando.A ti parece no importarte.Pero creeme,a mi me importa menos porque dentro del congelador no siente nada,no tiene miedo a querer.
Igual yo tendría que hacer lo mismo,igual yo tendría que quedarme todo una noche en el frigorifico exterior con los osos polares,congelandome.
