¿Se puede saber quién te ha dado permiso para ser tan jodidamente mono? Y yo ya estoy otra vez con las capturas de pantalla. A ver, habíamos quedado que no iba a hacer más no? pues mira al final si que he seguido haciendo. Ahora cualquiera puede imaginarse los sustos que me dan las ventanitas intermitentes que saltan de la nada cuando estoy concentrada. Ya he perdido el hilo de mi texto artístico monísimo de la muerte que iba a hacer. ESTO NO SE VALE! >.< cabrón.
Y vuelta a empezar. A treinta mil metros sobre el cielo.