Ahora puedo ver cómo todo se hace pedazos ante mis ojos.
No se puede tener todo.
De ahí los celos, que tampoco es que sean algo tan terrible. Los celos son una suerte de vara medidora que evalúa la temperatura de las personas, de sus deseos, sus neceisdades o sus relaciones personales. Un barómetro de satisfacción personal. La cuestión es si esos celos motivan o, por el contrario, paralizan. En algunas personas, obran ambas cosas.