Pero siempre huye.
Escapa, como si quisiera desaparecer entre la gente y borrar su sombra tras de sí.
Por un instante, no dura mucho,
tal vez unos minutos, tal vez horas arropado entre mis sábanas blancas.
El caso es que él siempre huye de todo.
Y vuelve a mí.
~A veces me gusta jugar a que aún me quieres,
a que si estamos así no es coincidencia,
a que será cuestión de tiempo que me vuelvas a besar.
Que un buen día, en medio de sonrisas efímeras
y un comentario casual, me acaricies el pelo sin preguntar.
Que sostengas mi cintura entre tus manos,
y repases esas curvas que te sabes de memoria,
y te encantan.
Que pasen uno, dos, y hasta tres segundos,
y que de pronto te rindas y me beses.
Sí.
Aveces me gusta jugar a que aún me quieres.
A que será cuestión de tiempo,
será cuestión de tiempo...
~ ¿Cómo seguir, si no es de tu mano?
Perderme entre calles luminosas no es tan divertido,
desde que no te pierdes tú, conmigo...
desde que no te pierdes tú, conmigo...